miércoles, 13 de marzo de 2024

LA ACCIÓN TUTORIAL CON LA FAMILIA DEL ALUMNADO TGC

 

1. Pautas generales para el hogar

1. Establecer una rutina diaria, que sea más o menos fija

Por ejemplo: Levantarse, hacer la cama, desayunar, recoger la mesa, lavarse los dientes, vestirse, trabajo escolar, tiempo de ocio, poner la mesa, etc. Las rutinas hacen que el niño/a se sienta seguro porque sabe qué puede y qué no puede hacer. Tener responsabilidades como poner la mesa o guardar su ropa, hacen que mejore su autoestima.

2. Encontrar un momento al día para disfrutar de su hijo/a. Momento especial

Por ejemplo, a la hora de acostarse, en la cama con él (contarle un cuento, hablar de lo que le preocupa, etc.). Ese momento es vuestro, que nadie os moleste. Seguro que él lo espera.

3. Marcar unos límites claros

Se deberán marcar también unos límites claros sobre lo que puede y no puede hacer para crear en el niño/a seguridad y reducir su nivel de ansiedad. La falta de unos límites claros hace que el alumno desarrolle una falta de límites para sus deseos personales, junto con la intolerancia a la frustración que se deriva del no cumplimiento de esos deseos. El establecimiento de unos límites claros le ayudará en el proceso de aprendizaje de la tolerancia a la frustración y control de la ansiedad.

4. Reforzar las conductas adecuadas

Es bueno reforzar la conducta positiva del niño/a, a través de elogios y muestra de afecto. Debe saber que lo que hace está bien y así tenderá a repetirlo en un futuro. De esta manera se refuerza también su autoestima.

5. No reforzar las conductas inadecuadas

Cuando el niño/a mantenga una conducta inadecuada no debe obtener nada positivo por ello. A veces, conseguir que el adulto se altere puede ser un refuerzo positivo. Es adecuado negociar y hacerle entender que para conseguir lo que quiere debe tener una conducta positiva. Cuando cambie esa conducta, reforzar con elogios por el esfuerzo que ha hecho y el progreso que está teniendo, decir lo feliz que estás cuando se comporta así.

6. Cuando mantenga una rabieta

Muy importante mantener la calma. El adulto debe controlar la situación. El primer paso es calmarlo haciéndole ver que todo será mejor si cambia de actitud. En ese estado es difícil que escuche, por lo que mejor no darle explicaciones extensas, todo lo que se haga será para reducir su nivel de ansiedad, intentando no "avivar la llama". Cuando esté calmado ya se podrá trabajar con él: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo te sentías? ¿Cómo has reaccionado? ¿Qué ha desencadenado esa reacción? ¿Cómo crees que deberías haber reaccionado?... Haciéndole ver que sus actos tienen consecuencias, por ejemplo, acciones que reparen el daño causado.

7. Gestión de emociones 

  • Ayúdale a saber qué emoción está sintiendo. 
  • Comprende lo que le pasa, escucha sus razones.
  • Enséñales a expresar sus emociones y a usarlas de forma positiva.
  • Enséñales alternativas para solucionar sus conflictos cuando no puedan resolverlos por sí mismos.

8. Manejar la frustración

  • Dar ejemplo. La actitud positiva de los padres y madres a la hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor ejemplo para que los hijos/as aprendan a solventar sus problemas.
  • Educarle en la cultura del esfuerzo. Es importante enseñar al niño/a que es necesario esforzarse. Así aprenderá que el esfuerzo es, en muchas ocasiones, la mejor vía para resolver algunos de sus fracasos.
  • No darle todo hecho. Si se le facilita todo al niño/a y no se le permite alcanzar sus retos por sí mismo es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso.
  • No ceder ante sus rabietas. Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos, en rabietas. Si los padres y madres ceden ante ellas, el niño/a aprenderá que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas.
  • Marcarle objetivos. Hay que enseñar al niño a tolerar la frustración poniéndole objetivos realistas y razonables, pero sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez sea incapaz de superar.
  • Convertir la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo/a.

2. Pautas específicas para el hogar

3. Contrato Conductual

El contrato conductual es un documento firmado entre el progenitor/a y el/la menor. En él se establece un acuerdo y las posibles consecuencias en caso de incumplimiento, así como las recompensas o beneficios que se obtendrán si el comportamiento es el adecuado. Se tendrán en cuenta los siguientes factores:

El/la menor deberá ser parte activa del proceso en el establecimiento de los acuerdos. Esto aumentará la probabilidad de cumplimiento del

contrato.

El acuerdo debe estar redactado de forma clara y sencilla.

Redactar los acuerdos en positivo o destacando las conductas que debe hacer mejor que las que no debe hacer. De esta forma las conductas positivas reemplazarán a las conductas problema.

Asegurarse de que las dos partes tienen claros los acuerdos.

Estar dispuesto a cumplir las premisas acordadas.

Establecer pocas premisas u objetivos para su cumplimiento.

Posteriormente, cuando se consigan las metas, se podrán ir estableciendo otros acuerdos.

Establecer una revisión del contrato pasado un tiempo para analizar su cumplimiento.

4. Orientaciones a seguir


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