lunes, 23 de abril de 2018

Una escuela para Juan


En el presente artículo se reflexiona sobre la respuesta educativa en alumnos y alumnas con retraso mental con necesidades de apoyo generalizado. Partiendo de la base de que toda persona puede progresar si se le ofrece el apoyo adecuado se proponen una serie de ideas que potencien una escuela de calidad y para la calidad de vida de su alumnado: la necesidad de construir contextos capaces de ser compartidos por todas las personas con independencia de su capacidad; la consideración del alumno como actor-agente en la construcción de su desarrollo, y no como sujeto pasivo; la esencia social-emocional de la inteligencia humana; y la relevancia y potencia educadora de contextos informales de aprendizaje. Además, se proponen una serie de implicaciones educativas: dar especial énfasis a la enseñanza de las habilidades sociales y de comunicación y habilidades de autodirección; y diseñar entornos educativamente significativos. Finalmente se plantea que en la escuela se ha de desarrollar la cultura de la mejora continua, de la participación real de los distintos integrantes de la comunidad educativa, del compromiso real y permanente con el progreso en la calidad de vida de sus alumnos.

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